lunes, 3 de agosto de 2009

La luz de las perlas

"Camelia Sasanqua" una de las pocas variedades que hay con aroma

Posada sobre el musgo del jardín, una humedad constante la hidrata. Plácidamente se dejaba adormecer consciente del bien estar que experimenta. Ella irradia una luz tan especial como el nácar y a pesar de estar ya terminando su ciclo vital, aquella camelia blanca posada sobre el musgo del jardín podía seguir conservando la luz de las perlas.

Veinte días en un hospital dan para mucho. Es un tiempo que parece perdido, horas interminables se suceden unas a otras. Entonces te dices hay que aprovechar este tiempo y… empiezas a leer. Los libros tienen el poder de hacerte viajar a sitios lejanos si moverte del lugar.
“La elegancia del erizo” fue uno de mis compañeros, de (Muriel Barbery) en él se nombraba a menudo las camelias. Me gustaría poder enviar este mensaje a su autora, no solo para felicitarla por su libro sino también por ser de los pocos autores que se fijan en la belleza y la magia de estas flores.

Fotos realizadas por A.Cris

A luz das perlas.
Pousada sobre o brión do xardín, unha humidade constante a hidrata. Placidamente deixábase adormentar consciente do ben estar que experimenta. Ela irradia unha luz tan especial como o nácar e a pesar de estar xa terminando o seu ciclo vital, aquela camelia branca pousada sobre o brión do xardín podía seguir conservando a luz das perlas.
A.Cris

3 comentarios:

Cuspedepita dijo...

Agardo que a túa nai estea mellor e cada día con máis forza.
O tempo pasa moi lento no hospital e estas desexando marchar, pero cando volves á casa traes unha especie de Síndrome de Estocolmo ¿non che pasou? :-)
¡Que delicadísima e elegante beleza a desta camelia!

Ginebra dijo...

¡vaya, veo que al final leíste "La Elegancia del Erizo", incluso una parte se titula Camelias... Está interesante.
Siento tu estancia en el hospital con tu madre, espero que todo vaya bien. Besos

P Vázquez "ORIENTADOR" dijo...

No me enteré de lo de tu madre, espero qe esté bien...
También acabo de leer La elegancia del erizo... me gustó.