El último fin de semana que pase con ellos los sorprendí cuando muy tempranito como siempre fui a despertarlos. Mi abuela al sentirme, rápidamente salió a mi encuentro para evitar mis pies descalzos y si se tercia echarme una bronca por pasar de las zapatillas, cuando me vio con ellas puestas mi abuela sonrió, me dio un beso y el abrazo más grande del mundo.
Me gusta que aprecien mis avances por eso quiero invitaros a todos a pasar por mi blog, hay una noticia que me apetece contaros.
Besos, Iago.
Besos, Iago.